martes, 10 de diciembre de 2013

Verde



Cada verde debería tener un nombre propio y no un apellido.
Es como si el celeste pasara a llamarse azul claro, dejaría de tener sustancia propia,
sin embargo, le quitan valor a los diferentes colores al llamarlos "verde algo"
Se siente vacío. ¿cómo explicar el color preciso de las hojas de los árboles a la luz del sol que mengua sin hacer una descripción tan larga como esta?
Y a pesar de eso, el que todos tengan un nombre en común los une en mi mente, están todos juntos, respiran y conviven conmigo. No así el celeste, que crea sus propias sombras y no se une a los azules...
¿Será entonces que la teoría del color es cierta?¿o es solo algo que los nombres generan? -.
Y aun así, los colores se sienten, no se nombran, son como un beso. No importa donde o como haya sido, si fue en la oscuridad, si fue furtivo, si fue robado, si era anhelado, si fue uno dentro de miles; un beso, que cabe en sí mismo y desborda a la vez, no es más que un beso y cada uno de ellos tiene su sabor sin nombre.
Y cada uno tiene su color, su forma, su textura en mi mente, no solo en mis labios...
Ninguno ha sido verde.